Preparación para la Consagración Total

San Luis María de Montfort reconoció que, en el fondo, la vida cristiana no es nada menos que la participación en la vida de Jesucristo. Por el bautismo pertenecemos por completo a Cristo; entonces, la santidad es la vocación común de todo cristiano. 

​

La espiritualidad de consagración total que propone San Luis María de Montfort se basa en esta realidad que es el misterio central de la cristiandad: que por su encarnación y cruz, Jesucristo nos ha salvado y nos ha hecho verdaderos hijos de Dios Padre, llenos de su Espíritu Santo. Es decir, Jesús, el Hijo de Dios Padre, ha asumido nuestra condición humana en todos sus aspectos para que podamos compartir de su naturaleza divina. Este compartir de Jesús no es un compartir parcial sino total. Él se nos ha entregado hasta el punto de morir, igual que nosotros para que compartiéramos todo con él. 

Este compartir incluye su relación con María porque Él, que es el verdadero Hijo del Padre Todopoderoso, también es el hijo de María. Más aún, como Jesús se nos ha dado por completo por medio de María, los que quieren entregarse a Cristo por completo, también deben hacerlo por medio de María. Por María la salvación entró en este mundo, y por María se experimenta la plenitud de esta misma salvación que es nada menos que un partir total, la participación profunda en la vida de Jesucristo. En las palabras de San Luis María de Montfort, nadie puede ser hijo de Dios Padre sin ser hijo de María.